Trabajadores de hospicios afiliados con Providence St. Joseph Health se unen a NUHW
Los trabajadores de las instalaciones afiliadas a Providence St. Joseph Health Hospice en el condado de Sonoma votaron abrumadoramente el 9 de febrero para unirse a NUHW, culminando una campaña sindical que comenzó después de que Providence despidió a casi 15 de sus colegas.
Para las 131 enfermeras, trabajadores sociales, asistentes de salud en el hogar, y capellanes que se unen a NUHW, la adquisición de Memorial Hospice, Hospice of Petaluma, y North County Hospice por parte de Providence en 2017 los ha dejado luchando por mantener la cultura enfocada en el paciente que convirtió a los hospicios entre los mejor calificados en el país.
“Providence nos ha quitado bastante. Y no se va a salir con la suya”, dijo Aidee García, una asistente de salud en el hogar que ha trabajado en Memorial Hospice of Santa Rosa por seis años. “Unirse al sindicato tiene que ver con proteger mi familia (laboral) y nuestra cultura laboral — y proteger a nuestros pacientes, esas personas pobres y vulnerables que no tienen voz”.
García, quien fue criada por su abuela, dijo que ella ve a su pariente en cada una de sus pacientes. Ella hace todo lo posible para establecer una relación significativa y se asegura de que reciban la mejor atención posible.
“Muchas veces, nosotros somos la última persona que visita a estos pacientes o la única persona que los visita”, dijo García. “Somos como una familia para ellos. Intentamos que esa hora sea la mejor para ellos, una de calidad. No debería ser una visita apresurada solo porque otro paciente está esperándonos”.
Pero García y sus colegas en los hospicios del Condado de Sonoma han estado apresurados, visitando a más pacientes que nunca. En octubre pasado, Providence empezó a requerir que las asistentes de salud en el hogar cuiden de un paciente adicional por día, aumentando su carga de trabajo en un 20 por ciento. Dos semanas después, la compañía despidió cerca de 15 trabajadores, incluyendo personal de oficina que manejaba las llamadas telefónicas.
La compañía, que es dueña de tres hospitales en el Condado de Sonoma y que tiene reservas financieras por un total de $10 billones, también recortó el tiempo tenían los trabajadores de salud para prepararse para sus visitas, comunicarse con familiares y ordenar suministros. Después que Providence despidió al personal administrativo, las enfermeras tuvieron que responder a más llamadas y proveer menos atención.
Las citas con los ayudantes de salud en el hogar se recortaron de 90 minutos a una hora, reduciendo el nivel de cuidado para los pacientes.
“Antes podíamos bañar al paciente, secarles el cabello y cambiar la ropa de cama”, detalló García. “Ahora, o cambias la ropa de cama o les lavas el cabello. O les lavas el cabello, pero no se lo puedes secar porque se te acaba el tiempo y debes ir a ver al siguiente paciente”.
Los trabajadores dicen que los hospicios tiene buena solvencia económica, pero no la suficiente ante los ojos de Providence.
“Providence solo está viendo números, cuántas personas más podemos ver y cuánto dinero pueden ganar”, añadió García. “Cuando se trata de atención, no tienen compasión por los pacientes”.
Los trabajadores pronto empezarán a negociar su primer contrato. Habrá muchos temas sobre la mesa, pero García sabe su principal prioridad.
“Lo que más deseo es que volvamos a tener cuatro pacientes por día”, expresó. “No porque no quiera trabajar más, pero para poderle dar a nuestros pacientes el tiempo y la atención de calidad que se merecen”.